La rehabilitación geriátrica es uno de los grandes aliados contra el envejecimiento y deterioro funcional y cognitivo, la OMS la define como “un proceso activo por el que aquellas personas discapacitadas como consecuencia de una enfermedad o una lesión alcanzan una recuperación total o desarrollan su máximo potencial físico, psíquico y social, y son integradas en el entorno más apropiado”.
Podemos remarcar como objetivos principales de la rehabilitación del adulto mayor, los siguientes:
• Manejo del dolor.
• Rehabilitación traumatológica.
• Rehabilitación reumatológica.
• Rehabilitación neurológica.
• Terapia manual.
• Ergonomía.
• Pausa Activa
Por ello, la rehabilitación, junto con el envejecimiento activo resulta ser una de las mejores estrategias para mitigar el paso de los años en nuestros mayores.
Uno de los elementos fundamentales para obtener un verdadero potencial rehabilitador, es contar con un equipo interdisciplinar, con un enfoque multidimensional, que suponga el punto de partida en el comienzo del proceso rehabilitador con la evaluación, tratamiento y seguimiento del anciano.
Otro de los elementos fundamentales en la rehabilitación del anciano es la valoración integral geriátrica, de carácter multidimensional e interdisciplinario, para determinar en un anciano las capacidades y problemas médicos funcionales, con el fin de desarrollar posteriormente un plan integral de tratamiento y seguimiento clínico. En ella, es función principal de todo el equipo de rehabilitación, realizar una valoración al comienzo del proceso, llevar a cabo un tratamiento individualizado y basado en las capacidades funcionales y psicológicas de la persona, así como llevar a cabo un seguimiento periódico de la evolución de la misma. En este sentido, el paciente es el principal actor y protagonista del proceso rehabilitador, ejerciendo el equipo, el papel de guía y ayuda constante para lograr de las personas, todo su potencial, contando en todo momento con el apoyo y la comunicación con sus familiares, y así establecer un fenómeno de retroalimentación positiva entre paciente, familiar y equipo rehabilitador.
Por todo ello y para concluir, es función primordial de todo profesional sanitario llevar a cabo la búsqueda de estrategias para que las personas mayores comprendan, reconozcan y lleven a cabo actividad física ya sea de manera individualizada o en terapia familiar, haciendo principal hincapié en sus beneficios en cuanto a conservación de las capacidades funcionales, independencia, y posibilidad de interacción con el entorno y con otras personas.